Con la inestimable ayuda del fotógrafo y artista Ion Iriarte, creamos un mensaje clarificador, creo yo. Se trataba de hacer llegar al público objetivo que la mayoría de los infectados por VIH en Euskadi tienen una edad entre 35 y 50 años y son heterosexuales. Queríamos cambiar la percepción de marginalidad de la enfermedad y alejarla de los tópicos de infectados jóvenes, homosexuales o toxicómanos.
Para ello, nos propusimos retratar, con un contenido dramatismo, el momento en que una persona que encaja en ese público objetivo recibe la noticia de que está infectada.
Dado el impacto, se buscaba un mensaje que movilizara a estas personas a formar parte de la lucha contra el contagio de esta enfermedad. Y se le dejaba claro que sus acciones (ponerse el preservativo y hacerse la prueba del VIH) son acciones positivas, que ayudan.
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